
MUNA, Museo de Naturaleza y Arqueología
27 de junio a 30 de septiembre de 2025
Entrada gratuita hasta completar el aforo
Inmovilizar el tiempo. Objetos restaurados de Museos de Tenerife
Grabado rupestre del Sáhara
Muestra temporal itinerante
A partir del 27 de junio, esta exposición en el Museo de Naturaleza y Arqueología (MUNA), mostrará un grabado recientemente restaurado, tallado en piedra arenisca y procedente del Sahara. La pieza forma parte de una colección de materiales mixtos de distintas procedencias, donada al Museo Arqueológico de Tenerife en 2022 por la familia de un coleccionista particular tras su fallecimiento.
«Inmovilizar el tiempo: Objetos restaurados de Museos de Tenerife» persigue mostrar al público visitante el arduo proceso de conservación-restauración que hay detrás de muchas de las piezas de nuestros fondos, no sólo para preservarlas de los efectos demoledores del paso del tiempo sino para ponerlas en valor, desvelando sus contextos y significados pasados. También busca divulgar los fundamentos científicos, técnicos y artísticos que sustentan la labor de los profesionales de la conservación-restauración, así como las inquietudes, retos y esperanzas de este colectivo tan poco conocido, incluso dentro de los ámbitos museísticos. En este esfuerzo el Área de Conservación-Restauración no ha estado sola, nos han acompañado, codo con codo, el resto de profesionales que integran Museos de Tenerife. Hacer exposiciones es un trabajo de equipo.
Esta exposición también se ha podido llevar a cabo gracias al apoyo del programa Nuevas Oportunidades de Empleo (NOE), que nos ha proporcionado el personal técnico necesario para acometer un mayor número de intervenciones de restauración y sus objetivos se alinean con tres de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU: cuatro (Educación de calidad), ocho (Trabajo decente y crecimiento económico) y once (Ciudades y comunidades sostenibles).
Grabado rupestre del Sáhara

Hace unos 11 000 años el Sahara, que hoy reconocemos como uno de los desiertos más áridos del planeta, tenía un régimen de lluvias muy superior al actual. Este periodo, conocido como Periodo Húmedo Africano, y que finalizó aproximadamente hace unos 5000 años, cubrió este vasto territorio de bosques, sabanas, praderas, lagos y cursos de agua permanentes favoreciendo la diversidad biológica y el asentamiento humano.
Las comunidades humanas que habitaron este espacio, nómadas que practicaron la caza y la recolección y, más tarde, una progresiva sedentarización gracias al pastoreo, retrataron sobre la piedra la fauna de aquel paisaje del que también fueron parte. De esta forma, jirafas, antílopes, rinocerontes, elefantes, avestruces y otros animales salvajes fueron representados a lo largo del tiempo, mediante distintos estilos y técnicas, con sus atributos más característicos.
El grabado rupestre que contemplamos procede del Sahara Occidental, de los alrededores de Smara, localidad situada en la región de El Aaiun-Saguia el Hamra, extensa área con una gran cuenca fluvial que en el pasado tuvo un caudal importante y regular. El grabado corresponde al momento en que este lugar era una sabana con amplias praderas donde habitaron jirafas y antílopes como los representados en este ejemplo.
Lo que hoy es Sahara Occidental fue colonia española desde 1884 convirtiéndose en la provincia del Sahara Español, con capital en El Aaiun, en 1958. Este amplio territorio estaba conformado por dos zonas, Saguia el Hamra, al norte, y Río de Oro, al sur. El periodo colonial español finaliza en 1976, pocos meses después de la muerte de Franco, cuando España anuncia su retirada administrativa del Sahara tras la celebración de la Marcha Verde en la que marroquíes y saharauis reivindicaron la soberanía sobre un territorio que finalmente fue anexionado por Marruecos y hoy sigue en disputa.
Saguia El Hamra es una zona particularmente rica en grabados rupestres que empezaron a ser objeto de interés durante aquellos años de dominio español en el Sahara. La presencia militar facilitó enormemente los trabajos de campo y el acceso a los distintos yacimientos de donde se extrajeron sin ningún tipo de control un buen número de grabados. Su publicación a lo largo del tiempo ha ido configurando un corpus de estaciones que apenas se aproxima a lo que pudo ser esta importante área de manifestaciones rupestres que ha sufrido, a partes iguales, los estragos de la erosión del desierto y la descontextualización o dispersión patrimonial en museos, colecciones de instituciones militares y de particulares en distintos países.