Las Colecciones

CERÁMICA DEL ANTIGUO EGIPTO

Esta colección de vasos del Antiguo Egipto procede de distintas excavaciones arqueológicas realizadas entre finales del s. XIX y principios del s. XX en diversas necrópolis del Antiguo Egipto localizadas en Dióspolis Parva, Esna, Hieracómpolis y Abidos, y fechadas en diferentes épocas, desde el Predinástico hasta el Reino Nuevo.

En el ángulo superior izquierdo de la primera vitrina podemos contemplar una de las piezas más importantes de la colección: un vaso de borde negro de época predinástica que procede de la necrópolis de Dióspolis Parva. El vaso, de más de 5000 años de antigüedad, fue realizado a mano con una factura muy cuidada en uno de los momentos de mayor esplendor y creatividad de la alfarería del Antiguo Egipto. Su tono rojizo al exterior contrasta vivamente con la coloración negra del borde y superficie interior, resultado de un gran dominio de la técnica de cocción mixta, oxidante y reductora, que proporciona esta doble coloración. Junto a los recipientes cerámicos, cabe destacar también la presencia de un vaso de calcita hallado en la necrópolis real de Abidos y fechado hacia el 3150 a. C., en un momento previo a la unificación del Antiguo Egipto. El vaso pertenece a la tumba de uno de los últimos soberanos de época predinástica, el rey Ka.

La colección, propiedad del Ayuntamiento de Santa Cruz, es producto de un intercambio realizado en 1908 entre el antiguo Museo Municipal de Bellas Artes de Santa Cruz y el Museo de Liverpool. En aquellos años se estaba reformando por amenaza de ruina la cúpula de la torre del exconvento de San Francisco, sede por entonces del Museo Municipal, que estaba recubierta por azulejos del siglo XVII procedentes de Holanda y de Talavera de la Reina (Toledo). Un conservador del museo británico, de visita en nuestra isla, conocedor de esta reforma e interesado por aquellos azulejos, tuvo la iniciativa de plantear un intercambio entre los mismos y un lote de vasos del Antiguo Egipto. Probablemente, de no haber sido por el viaje de aquél conservador británico a Tenerife, las piezas hubieran sido destruidas durante el ataque aéreo alemán que sufrió el Museo de Liverpool en 1941 y no hubiéramos podido disfrutar de esta importante colección que desde 2011 se exhibe en el MUNA.

CERÁMICA BEREBER

Esta colección está compuesta por un buen número de piezas procedentes del Átlas marroquí y constituye una buena muestra de la producción cerámica de la cultura bereber, síntesis de tradiciones propias y mediterráneas.

Son, principalmente, piezas de menaje diario empleadas hasta tiempos muy recientes en la cocina o para servir y almacenar alimentos que han sido modeladas a mano, siguiendo antiguas técnicas aprendidas generación tras generación, de madres a hijas, ya que entre los imazighen la producción alfarera, junto a otras de las labores consideradas tradicionalmente como domésticas, es propia de la mujer. La cocción de las piezas, generalmente, se realiza en hornos abiertos excavados al aire libre, sin alcanzar grandes temperaturas. Recordemos que esta técnica alfarera constituye el antecedente del procedimiento de elaboración de la cerámica aborigen de nuestro archipiélago.

Junto a estos recipientes de formas y tratamientos más sencillos, en la colección también podemos contemplar piezas decoradas con un gran valor estético y simbólico vinculadas al rico mundo mágico-ritual del pueblo amazigh. Aunque la producción de cerámica pintada es hoy casi inexistente debido a los rápidos cambios de vida que han afectado a estos grupos tribales, es aquí donde hallamos un complejo simbolismo ornamental. A partir de esquemas geométricos y abstractos se dibujan diferentes motivos entre los que no suele faltar la figura humana, animal, vegetal y los cuerpos celestes. Estos diseños, como ocurre en los tatuajes, la orfebrería y otras artes decorativas, identifican a su propietario, propician la fecundidad o protegen frente al mal de ojo u otras adversidades.