Registro de salida: «Calzones »

Registro de salida

Este término, muy habitual en el argot del mundo de los museos para indicar que las piezas se mueven (del almacén o las salas expositivas hacia otro lado), lo usamos ahora desde el Museo de Historia y Antropología de Tenerife para hacerte llegar digitalmente algunos de sus fondos.
calzones
 
 

«Calzones [23. 2015. 88]»


Calzones femeninos en tejido de algodón de color blanco y ligamento de tafetán, de fabricación industrial. La pretina está dividida en dos partes y cada una de ellas posee un par de cintas ataderas a ambos lados de la cintura. Las perneras, cortas, están rematadas con encaje industrial terminado en diente de sierra; posee bordados manuales en realce blanco y rosado con motivos florales y fitomorfos, bodoques, topos o lunares y líneas verticales de filtiré o deshilado, en la parte delantera.

En la pretina anterior, en el lado izquierdo, aparecen las iniciales de la propietaria (RC) bordadas en color rosado. La confección, al igual que el bordado, es manual y la costura es tanto manual como a máquina.

El tejido conserva dos sellos del fabricante. Uno en la parte delantera en el que pone Cambray[1], alude al tejido en el que está confeccionado parecido a la batista, en algodón de hilo fino, largo y muy torcido, empleado principalmente para ropa interior. El otro, en el que pone 30 Manchester, está en la parte posterior y hace referencia al lugar de fabricación del tejido. La ciudad de Manchester, y sus alrededores, fueron durante el siglo XIX la más importante zona industrial de manufactura del algodón en toda Inglaterra, el lugar donde se tejía la materia prima que llegaba desde Estados Unidos, la India, Egipto… y entraba al país a través del puerto de Liverpool.

Con anterioridad al siglo XIX la ropa interior femenina era muy elemental y consistía esencialmente en una camisola. Más tarde se unen a este tipo de pieza las calzas largas o calzones y las enaguas. A diferencia de las mujeres europeas, las españolas, por influencia musulmana, usaron calzones-bragas de lino como ropa interior desde la Edad Media, indumentaria que a partir del Renacimiento se generaliza en las clases pudientes de Italia, Francia y España.

En un principio se confeccionaban en tejido de color carne para llevar con los trajes semitransparentes de la moda imperio y luego en el romanticismo bajo grandes faldas y miriñaques. De considerarse como una prenda de carácter licencioso y libertino, de dudosa moralidad porque eran las mujeres calificadas como tal las que las usaban, pasó a convertirse en una pieza fundamental de la indumentaria de las mujeres.

Los primeros calzones eran de corte similar a los de los hombres, pero con las perneras separadas cosidas por la parte superior a la pretina de la cintura, existiendo de varios largos a partir de la rodilla. Los últimos treinta años del siglo XIX son la época de mayor profusión de adornos en estas prendas.

Esta pieza en particular, datada en torno a 1890, forma parte de la colección del Museo denominada Textiles e Indumentaria.

Acompañamos a esta pieza con fotografía de otra con la misma denominación y de fecha parecida. En la colección existen varias de este tipo, con tiro abierto. Se sujetan a la cintura con cierre de botón de nácar y ojal y cintas ataderas; ambas perneras están bordadas en realce blanco.

[1] CASTANY SALADRIGAS, F. Diccionario de Tejidos. Editorial Gustavo Gili, S.A., Barcelona, 1949