Las Colecciones

LAS COLECCIONES

Lo primero que encontraremos al acceder a esta gran sala, en una pequeña vitrina, es Una pieza excepcional. Se trata de una vértebra dorsal humana atravesada por una lanza de madera hallada entre los restos antropológicos recuperados de la necrópolis de Majagora (Guía de Isora). Su estudio nos ha revelado el sexo y edad del individuo, hombre entre 30-35 años, y la posición en la que se encontraba la víctima en relación a su agresor, en un plano superior o bien tumbado de lado. La muerte le sobrevino pocas horas después de la agresión.

Este espacio, Las Colecciones, aglutina una nutrida selección de piezas, entre las que observamos desde cráneos humanos o restos de fauna terrestre y marina hasta objetos de muy variada naturaleza. La mayoría de ellos son elementos característicos de la cultura guanche que han formado parte de grandes colecciones de particulares e instituciones como las de Hermógenes Afonso, Icona, Massanet, Santiago de la Rosa, Mazuelas, Santiago Melián o Confederación Atlántica, y que han sido donadas a nuestro museo persiguiendo un doble fin: garantizar la protección y lograr el disfrute social de este importante legado patrimonial.

La colección de cerámica aborigen destaca especialmente. Entre los primeros pobladores de las islas, la alfarería era oficio de mujeres. La técnica de modelado de la cerámica prehispánica, a mano, sigue una antigua tradición alfarera bereber o amazigh de la que también procede el sistema de cocción en horno hoguera, al aire libre, sin empleo del horno de cámara. En Tenerife son característicos los recipientes con formas de tendencia ovoide o semiesférica que carecen de fondo plano, con escasa decoración y empleo de asas o apéndices variados. Los collares formados por pequeñas cuentas de barro que también podemos ver proceden generalmente de las cuevas funerarias localizadas por toda la isla.

Igualmente, destacamos dos añepas de madera. Estos largos bastones que simbolizan la autoridad del mencey están provistos de un pomo rematado con distintas formas. De madera también mostramos varios recipientes y ciertas piezas que pudieron emplearse para encender el fuego ya que presentan un rehundimiento característico y las huellas de sucesivas combustiones.

El trabajo de la piedra está bien representado por una colección de molinos circulares compuestos de dos muelas, en los que se trituraban cereales tostados y otros vegetales para la obtención del gofio.

En hueso presentamos otros elementos característicos de la cultura aborigen insular como los punzones, relativamente frecuentes, y los anzuelos, algunos de ellos de gran tamaño, obtenidos a partir de los cuernos de las cabras.