
Fósiles
Monográfico
La paleontología es la ciencia que se encarga de estudiar los restos de los organismos que vivieron en el pasado, reconstruyendo la historia de la vida a través de los fósiles. Estos son los restos (huesos, conchas, etc.) y las huellas de la actividad realizada por los mismos (pisadas, huevos, etc.).
La paleontología, al contrario de lo que muchos piensan, no es una ciencia muerta, sino que está en continuo movimiento, en colaboración con otras disciplinas científicas, ya que los seres vivos están en continua evolución.
Para enfrentarnos a los problemas del presente y el futuro —calentamiento global, acidificación de los mares, sobreexplotación de los recursos, etc.— es necesario conocer qué ocurrió en el pasado, de manera que podamos implementar las medidas mitigadoras necesarias.
Por ejemplo, a lo largo de la historia de la Tierra se han producido numerosos periodos de calentamiento y enfriamiento que han llevado a la vida a límites insospechados. Sin embargo, las formas de vida se adaptaron, o sucumbieron ante los cambios.
Muchos son los que piensan que en los archipiélagos oceánicos de origen volcánico no hay fósiles, pero nada más allá de la realidad.
Cierto es que la actividad volcánica afecta a la preservación de los yacimientos paleontológicos, pero en muchas ocasiones también son los elementos que los cubren, conservándolos durante millones de años.
A través de los fósiles encontrados en las playas antiguas y dunas de las islas hemos conocido que Canarias ha experimentado numerosos cambios climáticos a lo largo de sus escasos 23 millones de años.
En sus tubos volcánicos han quedado conservados numerosos restos de vertebrados (ratas y lagartos gigantes, por ejemplo) que desaparecieron a la llegada del hombre al archipiélago, y con él, algunas especies exóticas y nocivas.
Es necesario continuar en el análisis de los depósitos fosilíferos de las islas, porque nos permitirán reconstruir la historia natural de nuestro entorno, contribuyendo a conocer el porqué de nuestra importante biodiversidad, pero también su fragilidad, y diseñar una estrategia que minimice los efectos del "presente" cambio climático.
