Registro de salida: «Guantes de señora»

Registro de salida

Este término, muy habitual en el argot del mundo de los museos para indicar que las piezas se mueven (del almacén o las salas expositivas hacia otro lado), lo usamos ahora desde el Museo de Historia y Antropología de Tenerife para hacerte llegar digitalmente algunos de sus fondos.
 
 

Hoy: Guantes de señora [23. 2019. 1187]


Los guantes que protagonizan hoy nuestro REGISTRO DE SALIDA pertenecen a un conjunto más amplio donado al Museo de Historia y Antropología de Tenerife en el año 2019 por D. Fernando Monteverde Ascanio.

Están datados en torno a 1900 y son parte de la indumentaria que usaban las mujeres de aquella época, motivadas por el uso y connotación cultural de los guantes, costumbres asociadas a los mismos y también por la publicidad del momento.

Este modelo de guantes de señora está realizado en tela de punto de color marrón, cierre en la muñeca con botón a presión anacarado y en el anverso tres nervaduras realizadas con hilo marrón más oscuro. La abertura de la muñeca está reforzada con tela de lino de igual color para mantener la sobriedad y estilo de la prenda. Los guantes cortos, de hasta 8 botones, se usaban normalmente en la calle durante el día y para las noches informales, complementando el atuendo de la dama en cuestión. Prenda cómplice de tertulias y confidencias a la luz de una taza de té, café o licor, los guantes se constituyeron como una extensión de distinción social sin parangón hasta el momento.

El origen del uso de los guantes viene desde la Antigüedad con la finalidad de proteger las manos del que los portaba de las duras tareas y trabajos, condición que fue evolucionando a un símbolo de poder social, militar o ceremonial en el caso de los hombres, y en la mujer como un elemento más de moda. Las publicaciones de la época reflejan imágenes donde aparecen mujeres con guantes cortos hasta la muñeca o largos hasta los codos, puesto que lo que se buscaba era realzar el prestigio y poder de una élite sobre la mayoría de la población y el atuendo era muy importante en aquella época porque todos deseaban lucir sus mejores prendas en las reuniones sociales. Entrado el S.XX su uso se hizo más habitual, debido sobre todo a que las telas sintéticas lo volvieron más asequible en cuanto a precio, color y tipo de uso.

Siguiendo la moda proveniente de Francia era habitual que el tallaje de los guantes variara en función del maestro guantero, y que éstos estuvieran entre la talla 6 ½ y la 8 ½. El cálculo se hacía midiendo el ancho de la mano a la altura de los nudillos y sin tener en cuenta el pulgar.

En España, por el contrario, es de suponer que en un principio la fabricación de guantes (al igual que la de otras prendas de vestir) fue realizada en el seno de la familia como una actividad más de la vida cotidiana, hasta que comenzó la manufactura en serie de los mismos y pasó de ser un artículo de lujo y status a un elemento habitual dentro de la sociedad del momento.

La última exposición temporal producida por el Museo giró precisamente en torno a este tipo de objetos. Con el título Quirotecas. La colección de guantes del Museo, estuvo abierta entre noviembre del 2020 y mayo del 2021 en la sala 3 de su sede de la Casa Lercaro, en La Laguna.

La situación excepcional provocada por el virus COVID-19 le ha otorgado al guante un notable protagonismo como parte de los Equipos de Protección Individual (EPI). De hecho, el guante o quiroteca –término que lo define como “estuche de manos”– no solo viste parte de las extremidades superiores de la persona para protegerla o proteger aquello que se toca (la protección de uno mismo frente a la protección de lo otro), sino que también se muestra como una prenda singular que, sujeta a actividades específicas y al transcurso de las modas, nos revela la condición y, en muchas ocasiones, la intención de quien la utiliza.

Partiendo de este planteamiento y entendiendo metafóricamente al Museo como un gran estuche o quiroteca donde se conserva y, además, se investigan y comunican sus colecciones, se diseñó y ejecutó el proyecto de esta exhibición temporal que, a pesar de las restricciones impuestas por la situación pandémica, recibió más de 5000 visitantes.