Registro de salida: «Radio de tubo de sobremesa, marca Emerson»

Registro de salida

Este término, muy habitual en el argot del mundo de los museos para indicar que las piezas se mueven (del almacén o las salas expositivas hacia otro lado), lo usamos ahora desde el Museo de Historia y Antropología de Tenerife para hacerte llegar digitalmente algunos de sus fondos.
 
 

Radio de tubo de sobremesa, marca Emerson [23. 2021. 55]


El objeto que protagoniza hoy nuestro REGISTRO DE SALIDA es una radio de tubo de sobremesa perteneciente a un conjunto de objetos, numeroso y diverso, legados al museo.

Su producción puede datarse en torno a los años 40-50 del siglo XX y se caracteriza por ser utilizada como radio decorativa de sobremesa en los hogares de aquella época, similar a la radio capilla pero con líneas más cuadradas.

Este modelo, de 27 x 18 x 17 cm, está realizado en baquelita de color marfil, material plástico sintético moldeable en caliente y que, una vez enfriado, se convertía en duro y resistente al calor, a la electricidad y a los disolventes.

En la parte frontal tiene cuatro botones -o perillas- negros que servían para el encendido y apagado de la radio, para sintonizar las emisoras y como control de volumen del aparato; en medio de ellos aparece el logotipo de la marca, que reza: Emerson Radio and Television, sobre una clave de sol, en dorado. En la parte superior puede verse una ventana de plástico con fondo de color verde y aguja de dial blanca donde se captaban las frecuencias, mientras que la parte trasera tiene un cartón marrón a modo de tapa tras el cual quedaba oculto y bien guardado todo el entramado de cables y conexiones internas del aparato.

Le acompaña un aparato Elevador-Reductor modelo Universal de la marca SEVEIN, aplicable a redes de 60 a 220 v y cuya potencia es de 100 watios.

Este modelo de radio de tubo fue fabricado para la empresa Emerson por RCA entre los años 1937 y 1964, e incluían tipos de recepción estándar en vidrio y metal. Del mismo modo, su importación a Europa fue llevada a cabo por la compañía suiza Rosset & Cie.

La empresa Emerson, creada en 1915 y con sede en la ciudad de Nueva York, se rebautizó como Emerson Radio & Phonograph Corp. en 1924, después de ingresar en el negocio de la radio. Llegaron a convertirse en uno de los distribuidores de productos electrónicos de consumo de mayor volumen en los Estados Unidos, diseñando, comercializando y otorgando licencias para muchas líneas de productos en todo el mundo. En 1942, con motivo de la Segunda Guerra Mundial, se transformó en un elemento de producción militar. En años posteriores su crecimiento fue en ascenso, llegando a comprar otras pequeñas empresas y expandiendo su producción hacia el campo del aire acondicionado, radio reloj, radios de bolsillo transistorizado, grabadoras, etc. La empresa ha seguido funcionando hasta la actualidad, orientando su fabricación a las nuevas tecnologías en pro de un futuro más sostenible.

La importancia de la radio radicó en la necesidad de contar con un medio de comunicación instantáneo que fuera capaz de cruzar océanos y continentes, que su coste no fuera mayor al de su producción y que, además, fuera lo suficientemente práctica como para responder a las necesidades políticas, económicas y militares de la época. A ello se le sumaba el hecho de que llegara a todas las clases sociales al mismo tiempo, estableciendo un contacto más personal con el oyente al permitir un cierto grado de participación en el acontecimiento o noticia que se está transmitiendo, a diferencia de otros medios de comunicación.

Guillermo Marconi (1873-1937) fue el artífice de que esta idea se plasmara a través del desarrollo de la radiotelefonía y de la televisión.

Aunque el uso inicial de la radio fue para los barcos que estaban en alta mar (especialmente después de la tragedia náutica del Titanic), cierto es que, con su impulso como forma de entretenimiento, tanto fuera como dentro de casa, se convirtió en un elemento imprescindible en todos los hogares pues transformaba las ondas que se transmitían por el aire en un objeto tangente, material, gracias al aparato receptor. Y pese a que en sus inicios constituyó un objeto de lujo para unas pocas familias acomodadas, con el tiempo fue un elemento imprescindible (con un añadido decorativo) en todas las casas, figurando normalmente en el salón, donde se arremolinaban pequeños y adultos cada día para escuchar el devenir de la vida en todo el mundo.