
El asesoramiento del citado museo, junto con el de otras entidades canarias, supone un paso más hacia la materialización de la fundación del Museo de El Álamo
El pasado mes de marzo, el Museo de Historia y Antropología de Tenerife, en su sede de la Casa Lercaro, a través de la coordinación de la Dirección General de Emigración del Gobierno de Canarias −personificada en su secretaria de dirección, María del Pino Fuentes de Armas– recibió a una delegación de San Antonio de Texas, integrada por el alcalde de dicha ciudad, Ron Niremberg, y el cónsul honorario de España en San Antonio de Texas, Steve Chicano. La misma fue atendida por el personal técnico del museo.
En los últimos meses, el Organismo Autónomo de Museos y Centros del Cabildo de Tenerife, a través del Museo de Historia y Antropología de Tenerife, ha venido participando en cuestiones de asesoramiento con respecto al proyecto del futuro Museo de El Álamo, en San Antonio de Texas, con el objetivo de destacar la importancia histórica de los canarios en la gesta fundacional de San Antonio de Béjar, profundizando en el estudio de documentos y objetos varios relacionados con temáticas tales como la estratégica situación geográfica de un archipiélago que tuvo siempre la amenaza de las erupciones volcánicas, la expedición de los fundadores canarios de San Antonio, la religiosidad de la época, el mar, el campo y la actividad agraria limitada por las sequías; además, los oficios populares y las costumbres (rezos, ranchos de pascua, canarismos, etc).
El proyecto en cuestión, coordinado por la Dirección General de Emigración del Gobierno de Canarias, ha contado también con la colaboración de la Dirección General de Patrimonio Cultural del Gobierno de Canarias, el Cabildo de Lanzarote y el Ayuntamiento de Teguise. Igualmente, con el asesoramiento del Museo Iberoamericano del Cabildo de Tenerife.
El 9 de marzo de 1731, diecisiete familias procedentes de Canarias fundaron San Antonio de Béjar, culminando una compleja empresa iniciada en el momento en el que el marqués de San Miguel de Aguayo solicitó al virrey de Nueva España el envío de 200 familias españolas capaces de explotar el territorio y fundar un pueblo hispano, iniciativa aprobada por el rey Felipe V. El navío Nuestra Señora del Rosario partió rumbo a La Habana en la primavera de 1730 con doce familias de Lanzarote que fueron acompañadas por otras procedentes de Tenerife, Gran Canaria, La Gomera y La Palma. La expedición fue liderada por tres regidores del Cabildo de Teguise con destino al actual territorio de Texas